martes, 3 de septiembre de 2013

Para cometer una gran locura, se necesitan dos grandes locos. Una botella de vodka y una de ron. Aunque a veces me pregunto si tú estas loco también. Porque si lo estas, o lo eres, no sé a qué esperas. Y entonces será el caos. Yo empezaré a volar en menos de dos besos. A ti te solo te doy cuatro miradas. No más. Y lloverá. ya verás. Y después de abrazarte unas cuántas horas si quieres nos olvidamos. y nos dedicamos a vernos de lejos, o en el colegio, o donde sea, como hacemos ahora. O si no, quedamos y nos tomamos algo y me cuentas un poco tu vida. ¡¡que digo!! Puedes regalarme mimos en alguna parte de la calle, o del pasillo, o de donde quieras. O encontrarnos por la calle sin querer, ya sabes. Pero de momento, no seas orgulloso, y juega un ratito a dejarte llevar. Porque más loco que tú, no hay ninguno. Y sabes que los hombres complicados no se seducen con los placeres más sencillos. Y no lo niegues, tú en el fondo no eres tan complicado.

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